Hace unos años la Jefatura Provincial de Palma organizó unos cursillos por los pueblos y barriadas de Palma para reciclar a los abuelos que todavía tenían el carnet de conducir vigente y que en realidad todavía condujeran. Era la época en que empezaban a ponerse de moda las rotondas.
La aceptación fue muy buena, especialmente porque se les prometía que la Jefatura les haría entrega de un diploma certificando su asistencia y que habría un "vino español" para concluir el acto. Ya se sabe que a cierta edad, los abuelos si todavía tienen claras las ideas, se apuntan a todo.
Durante unos días, el personal del departamento de Seguridad Vial fue a darles unas charlas teóricas; también la Jefatura solicitó profesores que estuvieran dispuestos a dar unas clases prácticas de reciclaje; que serían los viernes por la tarde y que se les abonaría una cantidad que ya no me acuerdo cual era, pero me apunté por la experiencia de los abuelos, porque era en viernes y porque eso sí lo recuerdo ganaba más que si trabajaba con mis alumnos.
Bueno llegó el día, y me presenté donde me citaron. ¡Ah! tengo que deciros que en aquella época tenía coche recién estrenado, y la verdad es que estaba equipado con las moderneces que pueden llamar la atención a cualquier persona que lleva 20 años sin cambiar de modelo de coche.
Nos repartieron tres alumnos por profesor.
Os puedo asegurar que en mi vida he pasado más miedo, porque todos querían demostrar que lo sabían hacer bien pero el coche les venía grande, hasta el punto de estar yo frenando y no darse cuenta, cambiar de marcha y no enterarse porque iban hablando y armando juerga como si fueran chavales.
En mi opinión la idea era buena, pero a según qué edades ya no hay manera de cambiar hábitos. El reciclaje debería hacerse con más frecuencia, de la misma manera que se renueva el carnet y hay que pasar un control médico, o hay que pasar la ITV del coche, pero bueno, ahí estaba yo maldiciendo la hora en que tomé la decisión y echando de menos a mis alumnos de los viernes.
Pero lo divertido de la tarde, fue que a mitad de la clase hicimos un recreo y paramos en una cafetería en la que concurren otros profesores. El alumno aparcó y entonces fueron saliendo a trancas y barrancas los tres abuelos que iban sentados en el asiento de atrás.
Al momento un profesor que estaba en la acera y que no estaba al corriente del cursillo, con los brazos en jarras, me dijo:
-¡Oye! ¿A tí todos los alumnos te duran tanto?.
La carcajada fue general, porque la verdad es que estábamos para una foto. Pero eso que os cuento no era todavía en época de móviles.
2 comentarios:
Yo recuerdo que cuando era niño y vi por primera vez un elevalunas eléctrico,aluciné en colorines.
Mi padre se ha comprado un coche con todos los adelantos,increible.
Pero he tenido que explicarle que no hace falta que encienda las luces al entrar en el túnel, que el coche ya lo detecta, y que no hace falta que le dé a la palanca cuando llueve, que el coche ya lo nota, claro, él alucina.
saludos
Pero ¿quë quieres?.Si yo me saqué el carnet hace 41 años, di mis clases con un seat 600 que me parecía enooooorme. Mucho después saqué el título de profesora y durante muchos años seguía impartiendo clases en un seat 600.
Es en los últimos 15 años que las cosas han cambiado a velocidad vertiginosa.
Yo he tenido la suerte de poder estrenar coche cada año en los ultimos diez años con lo que he podido ponerme al día, pero si no...cateta también. Hay que actualizarse.
Un abrazo
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