................................MI SEGUNDA CASA, EL COCHE

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LENGUAJE AUTOESCUELERO

martes, 1 de marzo de 2016

- ¡¡QUÉ IMPORTAN CUÁNTAS CLASES SI YA LO HE CONSEGUIDO!!


ESCRIBE UN ALUMNO:

Ahora que he recobrado la tranquilidad, voy a contar cómo fue mi tercer y definitivo examen.
Quedé con mi profesor a las 7:00 de la mañana para una última clase antes del examen. Todo muy bien y suave, incluso paramos a lavar el coche...
Dan la 8:00 y mi profesor va a saludar a un compañero de otra autoescuela; yo me quedo cerca del coche.
Pasados unos minutos se acerca un hombre de mediana-avanzada edad que resulta ser el examinador y me dice:
-"¡Buenos días!, ¿dónde está el alumno?.
-"Soy yo "-respondo con un hilo de voz-. el examinador se echa a reír y dice
- "Es que pensé que era ud. el profesor".
Yo me río nervioso (y pienso para mi, es que no es plan sacarse el carnet con 38 tacos), mientras hago un gesto al profesor que ya se acerca.
Empieza "la ejecución": Aclaraciones, verificaciones,  firmas de rigor...
El examinador resulta ser muy cortés y afable; tiene una voz que tranquiliza.
Observo como otros alumnos que también esperan me miran con una mezcla de envidia "ánimo valiente" y de miedo "dentro de poco nos toca a nosotros".
Salimos del centro de exámenes siguiendo la misma ruta que mi desafortunada segunda vez, autovía sentido Madrid. A la altura de Alcorcón el examinador me pide que salga camino del Hospital, ¡juego con ventaja!, nada menos que 33 años y medio he vivido por allí así que me conozco muuuuuuuuy bien la ruta que hacemos. El resto ya es historia, aunque tengo que reconocer que en la última glorieta para entrar en el Centro de Exámenes, con los nervios se me fue el santo al cielo y no metí la segunda, y como delante de mí había varios coches que también querían entrar me quedé peligrosamente cerca de uno, ¡uff!, ya estoy aquí, ya estoy aquí.
El examinador me pide que pare y elijo un primer lugar, pero descubro más adelante otro mejor. Mecánicamente  pongo punto muerto, echo el freno de mano y paro el motor. Me dice que salga del coche y espero un momento... ¡una eternidad!.
Sale el examinador del coche y con la misma voz tranquila y pausada que ha tenido durante todo el recorrido dice:
-" Adiós Antonio".
Yo no sé si lo pienso o si llego a pronunciar "Adiós", porque estoy muerto de miedo.
Mi profesor también sale del coche, me alarga su mano derecha y me dice
-"Bueno Antonio, ya eres conductor".


Antonio N.J. me mandó esta narración a mi correo, pero como me parece muy ilustrativa os la paso .
Enhorabuena Antonio N.J.!

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