................................MI SEGUNDA CASA, EL COCHE

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LENGUAJE AUTOESCUELERO

viernes, 1 de enero de 2010

- ALGUNA VEZ HE TOMADO EL PELO

Como sabéis los coches de autoescuela son coches normales, solo que se les ha adaptado un doble juego de pedales mediante una barra que, sujeta con los correspondientes tornillos, activa los dos pedales a la vez.
Por tanto  si un coche de autoescuela se vende, sencillamente se le quita el doble mando, pasa una nueva ITV y sin ninguna otra modificación pasa a ser un coche digamos "normal". También supongo que os habréis dado cuenta que llevan en el techo o en las puertas los logotipos de las autoescuelas, pero que al ir con imán, son fácilmente desmontables.

Bueno, os cuento todo esto porque reconozco que lo he hecho en más de una ocasión, pero esta vez fue con toda "mi maldad" para ver la reacción del personal; íbamos pues a pasar un día de campo, y paramos en la gasolinera (el coche sin carteles) para que mi marido hinchara el balón de mi hijo que entonces tenía tres años. Mientras esperábamos, el niño quiso ponerse al volante y le dejé. Yo estaba sentada en el asiento del copiloto; no me preguntéis por qué pero se me abrió la travesura y quise gastarle la broma al gasolinero que me veía con frecuencia pero ese día sin el cartel de autoescuela  no me había reconocido; puse  el motor en marcha, metí la primera y a medio embrague, empecé a mover el coche milímetro a milímetro, a la vez que apoyaba la cabeza en el cristal como si estuviera dormitando aunque tenía un ojo abierto, claro.

El muchacho, que estaba atendiendo a un cliente, al ver que un coche se movía con un niño pequeño en el asiento del conductor, le faltaron piernas para ponerse delante del coche haciendo esfuerzos para parar el coche a la vez que golpeaba el capó y gritaba ¡¡SEÑORA!!,¡¡SEÑORA!!.

Total  fueron unos segundos y en realidad el coche no llegó a moverse ni medio metro, pero fue divertido cuando abrí la puerta y me reconoció.
Desde entonces al repostar en aquella gasolinera  nos reíamos, aunque sé que le cabreaba que una mujer le hubiera tomado el pelo.

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