................................MI SEGUNDA CASA, EL COCHE

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LENGUAJE AUTOESCUELERO

miércoles, 1 de septiembre de 2010

- CUANDO YO ME SAQUÉ EL CARNET DE COCHE

La primera mujer que obtuvo el permiso de conducir en Francia en 1910, fue la Duquesa d'Uzés, que por pura coquetería puso un espejo en el parasol de su coche; ese detalle fue tomado en cuenta por un ingeniero que lo incorporó en 1911 al coche que competiría en Indianápolis y ganó que el Grand Prix.
En los años 20, los espejos retrovisores ya se incorporaron al automóvil como elemento de serie.


El 8 de abril de 1897 llegó a Palma de Mallorca "un carruaje automóvil", siendo muy celebrado por toda la población.
El 17 de septiembre de 1900 la Reina María Cristina firmó un Decreto que obligaba a matricular los automóviles y obtener un permiso para conducirlos y fijaros que este se le retiraba al conductor que infringiera dos veces el Reglamento.




Digamos que esta foto del permiso, nos cae lejísimos, incluso la del Seat 600 ya es del siglo pasado.

Con  uno como este hice yo las prácticas, y os aseguro que me parecía enorme, tenía la sensación de que me saldría por los lados de la carretera. Aunque tengo que advertiros que el miedo se me quitó depués de la primera clase, a pesar de que salí del coche y me  temblaban incluso las pestañas y sin saber en realidad cómo era posible que yo hubiera sido capaz de mover aquel pedazo de coche.
Fue una emoción que me enganchó para toda la vida sin tener ni la más mínima idea de que yo iba a dedicarme a ese tipo de enseñanza .

Pero es curioso que cuando un alumno empieza y me dice lo que siente, me parece verme a mí como si no hubieran pasado los años. Sigo sintiendo todavía, esa misma sensación.

Bien es cierto que las cosas han cambiado mucho en los últimos años, pero aquí en Mallorca todavía se tiene la costumbre de llamar al examinador "el ingeniero" porque en los inicios de los exámenes los realizaba el Ingeniero de los Ferrocarriles de Mallorca.
Pero algo que cada vez que lo pienso se me ponen los pelos de punta, es que fue en noviembre de 1978 cuando la mayoría de edad pasó de los 21 años a los 18. Y la mujeres para poder sacarnos el carnet necesitábamos el permiso del padre o del marido, y además teníamos que haber hecho el Servicio Social, una especie de mili para mujeres. Otro de los requisitos que se pedían era el certificado de buena conducta, es decir un certificado de no haber estado en la cárcel.
Al margen de esos requisitos, solamente se hacían unas pruebas en un circuito cerrado: 1) los 100 m., 2) estacionar en cordón, 3) cambio de sentido, 4) marcha atrás en curva, 5) arrancar en desnivel; ahora eso sí, los alumnos íbamos solos en el coche.
Ponían todos los coches es fila uno detrás de otro y los alumnos íbamos entrando en el coche haciendo avanzar la fila hasta que llegábamos al examinador que indicaba a qué lado debíamos aparcar o cuando teníamos que meternos en el callejón.
 Cuando me tocó a mí, avancé medio metro y me detuve esperando que la fila avanzara, pero en ese tiempo noté que el coche hacía un ruido que a mi me sonó raro; no supe lo que era, pero se lo comenté al profesor que impertérrito me contestó : "No te preocupes, eso son los nervios".
Me metí otra vez en el coche y me concentré en mí y en el coche. No puedo explicar lo que sentía, pero algo me decía que algo en el coche no iba bien ya que  desde el segundo día de clase   me sentí un equipo con él y siempre  me relajaba conducirlo, por tanto  no tenía claro que lo que sentía fueran nervios, notaba que yo estaba nerviosa, si, pero la otra parte del equipo "también lo estaba", y eso era preocupante. Salí, me dirigí al profesor y le dije: "Pues yo creo que el que está nervioso es él.Yo no quiero examinarme con este porque le pasa algo, el ruido que hace no es normal". El profesor me fulminó con la mirada y creo que pensó  "ya está la lista de turno...". Pero de su boca salió "pues tendrás que esperar un buen rato a que quede algún coche libre", mientras hacía que otra alumna ocupase mi lugar.
Entonces me dí cuenta de que igual había metido la pata, porque si me daban un coche que no conocía, sería peor, pero luego pensé que la suerte estaba echada, y que aquel ruido era lo que me ponía nerviosa.
Esperé no sé cuánto tiempo, pero al rato oí por megafonía  ¡A VER EL PROFESOR DEL COCHE MATRICULA PM 55555, QUE ENTRE EN EL RECINTO QUE EL COCHE SE HA ESTROPEADO!
Tuve un subidón enorme, mi intuición no me había engañado.
Yo ya estaba en la fila con otro coche con ruido normal, cuando vi a la alumna que me sustituyó, iba llorando, al lado del profesor que echando chispas empujaba el coche hacia la salida del recinto. Sentí lástima por los dos, bueno, más por ella

Entonces fui consciente de que debía fiarme siempre de mi instinto, y así ha sido toda mi vida. Las corazonadas me han salvado de muchos malos momentos.

Siempre que he llevado el coche al taller porque el coche no va bien, la mayoría de veces el mecánico no me da la razón a la primera, porque dice que exagero, pero al final tengo que dejárselo. ¡¡¡No voy a conocer yo a mi "media naranja"!!!



Mirad cómo eran los anuncios del coche superior al SEAT 600, que era el SEAT 850, y fijaros cómo se permitia la carga y la velocidad; que todo era una autopía porque no había carretera que lo permitiese,ni coche que lo aguantara.
TEMPS ERA TEMPS, que deía Serrat.


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