................................MI SEGUNDA CASA, EL COCHE

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LENGUAJE AUTOESCUELERO

viernes, 1 de enero de 2016

- CON LOS NERVIOS NO VIO AL POLICÍA



En cierta ocasión en que estaba acompañando a una alumna que se examinaba, llegamos a una intersección en la que había un colegio en la esquina y "justamente" era la hora de salida de los chicos.
Mi alumna era bastante buena y estaba circulando con tranquilidad, pero  los demás coches le taparon o no tuvo la visón global suficiente de la situación:
regulaba el tráfico un policía municipal que en aquel preciso momento estaba de perfil en el centro de la intersección, dando paso a los vehículos de nuestro sentido.
En un momento dado dio un cuarto de vuelta y se quedó de frente a nosotros dándonos el "alto". Este pequeño gesto pasó desapercibido por la alumna (en su favor hay que decir que el policía era delgado y no muy alto) que ni por asomo puso pie en el freno y a pesar de que yo esperé hasta el último momento con la esperanza de que ella le viera, pero no le vio, así que  tuve que intervenir con lo cual se quedó a la altura del guardia. Era primavera y llevábamos las ventanillas medio abiertas. Yo no sé si fue más fuerte la impresión del guardia por ver que un coche no le hacía puñetero caso, o el susto de la alumna por oír el desagradable sonido del chivato y que el coche se paraba sin ella saber lo que pasaba, pero la cuestión fue que dicho policía tuvo un "arrebato pedagógico" y a voz en grito empezó a decirle lo que tenía que hacer y que ése no era sitio para detenerse y que menos mal que ahora estaba controlando el tráfico porque de lo contrario la multaría etc,etc. Evidentemente el sr. policía no se había percatado de que era un coche de autoescuela y menos que se estaba examinando, pero montó un atasco monumental de niños, coches, mamás y otros peatones mirando lo que ocurría. Naturalmente la examinadora no podía decir nada, porque evidentemente la alumna se había pasado, porque el agente "era superior a ella" y yo tampoco porque estaba la examinadora por encima de mí . La que estaba al lado del policía era la infeliz alumna, que de tanta vergüenza como iba acumulando se iba encogiendo por momentos hasta quedar detrás del volante, más colorada que un tomate maduro.
Naturalmente ese día no aprobó, pero no tuvo mayor dificultad en aprobar a la siguiente vez porque era buena, pero creo que nunca más se le olvidará mirar en las proximidades de los colegios ni distinguir el uniforme policial ni confiarse en las intersecciones sin semáforo.

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