Antonio, el alumno que con más de 30 años decidió sacarse el carnet y que el día del examen el examinador le confundió con el profesor me he recordado una anécdota que me contó una secretaria.
Se apuntó a la autoescuela un chico con 18 años con toda la ilusión del mundo para sacarse el carnet. No fallaba a ninguna clase de teórica, era de los que siempre hacía preguntas incluso a veces con un nivel superior a lo que se podía exigir, poniendo incluso en apuros al profesor. Había visto todas las películas que sobre circulación disponía la autoescuela, había visionado todas las diapositivas, incluso en ocasiones podía él explicar a otros alumnos y no digamos que se había tragado todos las colecciones de test que iban saliendo.
Se apuntó para ir a examen de teórica y suspendió.
Siguió estudiando y se volvió a presentar y suspendió y suspendió y suspendió y suspendió, pero él no dejaba de ir a clase ni de hacer los test.
Pasó un año y otro y otro, naturalmente él seguía su vida laboral.
Uno de los días que fue a clase de teórica le preguntó a la secretaria si podía poner encima del mostrador un fajo de etiquetas de propaganda de su oficio.Ya era como de la familia y naturalmente la secretaria no tuvo ningún inconveniente. Pero le picó la curiosidad y leyó una de las tarjetas:
MATÍAS MESQUIDA, PROFESOR EXPERTO EN TÉCNICAS DE ESTUDIO : horas a convenir
Naturalmente con el paso de los años llegó a aprobar la teórica y empezó con las clases prácticas.
También tuvo su proceso de aprendizaje digamos que extenso en el tiempo, pero como todo llega, también llegó el día del examen de circulación.
No le salieron las cosas como él hubiera deseado y el Examinador en un alarde de "ojo clínico" le dijo:
-"Es normal que vayas con tan poca soltura, las cosas se aprenden mejor cuanto más joven se es, a los 35 años es un poco tarde para empezar a sacarse el carnet."
A lo que él tranquilamente contestó:
- "No si yo empezar, empecé a los 18 años, pero ya ve, aquí estoy".
El examinador se quedó que no se quedó, salió del coche sin decir ni pío.
Naturalmente el que la sigue la consigue y al final Matías Mesquida tuvo su carnet, sus técnicas de estudio y a la autoescuela como su segunda familia.
Y hablando de confusiones, la primera vez que presenté alumnos a examen de práctica al querer entrar en el recinto de exámenes un examinador me dijo que yo no podía estar allí que era un lugar de exclusiva entrada de profesores, al decirle que yo era profesora se quedó muy extrañado y tuve que enseñarle mi "flamante carnet de PROFESORA " para que se convenciera. Hay que decir que yo era muy joven y había muy pocas mujeres que tuvieran el título.
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1 comentario:
Bueno, pues después de leer esta historia, creo que me están dando ganas de volver a empezar con lo de sacarme el carnet!!jaja
Luz
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