¿A que viene este rollo?. Pues que un día se me ocurrió pensar por qué en los conductores jóvenes siempre va unido volumen de la música con la velocidad a la que conducen.
Como también es sabido que en las clases de marqueting enseñan que el volumen y el tipo de música que se pone según la hora del día influye en las ventas, pensé que iba a hacer un experimento conmigo misma:
La gran pregunta era ¿CÓMO REACCIONARÍA YO SI CONDUJERA UN COCHE LLEVANDO EL VOLUMEN DE MÚSICA TAN ALTO ?
Como ya he dicho no soy miedosa, pero tampoco imprudente, me gano la vida conduciendo, así que no podía arriesgarme a que me pillaran y me quitaran puntos o a lo peor tener algún accidente. Así que lo pensé bien y me preparé.
EXPERIMENTO:
1- Usar el coche al que estoy habituada y por tanto soy consciente de que lo controlo.
2- Buscar un lugar conocido, un día y una hora sin tráfico que me pudiera poner en riesgo: la autopista, un domingo de mediados de agosto, a las tres de la tarde.
3- Elegir la música: No sería "bacalao", ni salsa, ya que al no ser música de mi gusto no la resistiría.(Los conductores que van a todo volumen es porque esa música que ¿oyen? les gusta.).Así que de entre todas las variedades de música que me gusta (tango, pop, copla, jazz, country, merengue) decidí música clásica, y de entre toda ella "El Verano" de Vivaldi.
4- Condiciones personales buenas, despejada, tranquila y sin prisa.
Puse el motor en marcha y el aire acondicionado, salí del garaje a la calle. No había absolutamente nadie. Puse el CD a volumen 3 que es como suelo ir cómoda, contando que iba con las ventanillas cerradas. Vivo cerca de la entrada a la autopista hacia Andratx, así que en cuanto entré en ella me dí cuenta que también la tenía para mí sola, así que subí el volumen a 10 y me dejé ir sin mirar para nada el cuadro de mandos.
A la altura de Santa Ponça (a 10 Km. de Palma para los que no conozcan Mallorca), miré el cuentarrevoluciones y marcaba 160 Km. y yo amigos míos ni me había percatado, había pasado esos minutos total y absolutamente embebida en lo que escuchaba, cierto que me conocía el camino, pero es que me sentí como transportada.
Disminuí la velocidad, tomé la primera salida que me encontré y aparqué cerca de la playa.
Mientras me daba un chapuzón me empezó a entrar el miedo: sólo de pensar que yo, que soy prudente, concienciada, responsable me evado de mi alrededor con sólo aumentar el volumen de la música, ¿qué no les puede pasar a los chavales que además van con alguna copa y el jolgorio de los amigos?
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