Aunque esté mal decirlo, a veces hay alumnos que merecen que les suspendan porque vienen a clase creyendo que lo saben todo sin ser conscientes de que esa actitud provoca automáticamente un rechazo en el profesor (aún de manera inconsciente) que ya desde el primer momento no hará el más mínimo esfuerzo para explicar cosas al enteradillo, lo que naturalmente provocará en el alumno la sensación de "mi-profe-pasa-de-todo-y-no-explica-nada" siendo una pescadilla que se come la cola, porque justamente lo que ya sabe, lo sabe, entonces ¿para qué paga si no es para obtener la máxima información?
El alumno del que voy a hablaros hoy era uno de esos y yo en cuanto le conocí " le dejé hacer" porque algunas cosas sí sabía, pero como no estaba dispuesto a escuchar, entonces yo preferí reservarme para los que
apreciaban en algo mi tiempo y mi enseñanza.
-Camión en doble fila
-Doble línea continua
Pensó: "Solución, pasar pisando lo menos posible la línea continua".
No iba a consentir que me rompiera el espejo, siendo además uno de los fallos que normalmente tenía que corregirle en clase, a lo que él siempre contestaba que “con el espejo interior y el izquierdo, ya controlaba perfectamente bien”.
Como según él fue una tontería que le suspendieran por aquello, aparte de que no se creyó que fuera necesaria mi intervención, no dio ninguna clase más.
¿Podéis creer que la segunda vez que se presentó, siendo el examinador distinto le llevaron por el mismo lugar y se encontró con el mismo camión?
Pues su pensamiento fue:
"La otra vez me acerqué mucho, esta vez voy a mirar bien el espejo derecho y así seguro que no le doy".
Y claro que no le dio, pero de tanto mirar a la derecha no vio al coche que entraba desde la calle lateral y se lo encontró de frente, cosa que le sobresaltó tanto que él mismo se delató calando el coche.
La situación era clara: cierto que el camión estaba en doble fila estorbando el sentido, pero no íbamos a esperar a que llegara el conductor. Por otro lado no circulaba nadie en sentido contrario y si el alumno no hubiera sido tan lento en tomar la decisión, el coche rojo desde luego le hubiera cedido el paso y no hacer lo que tuvimos que hacer: le tuve que calmar, decirle que pusiera la marcha atrás, y ayudarle a retroceder; menos mal que no se puso nadie detrás de nosotros.
Después de renovar la documentación y me imagino la bronca del padre, vino más abierto a atender los consejos que yo pudiera darle; naturalmente después de unas cuantas clases más ( ya os he dicho que algo sí sabía) volvió al examen, pero pasmada me dejó su suerte ¡¡ le llevaron por el mismo lugar donde estaba el camión en doble fila como siempre!!.
A la tercera consiguió aprobar.
Podéis creerme si os digo que la mejor manera de desmotivar a un profesor es ir de "sobrao"; cuántas más preguntas, más sugerencias, más interés demostréis, mejor, ya que esta actitud es un acicate para un profesor; ...bueno, vale, un buen profesor, ya sabemos que hay de todo en todas partes.
También hay que saber elegir al profesor y si no te gusta el que te han asignado, pide que te lo cambien, pero no te quejes, ¡aprende!.
Capítulo aparte me merece el padre del alumno, un conocido locutor de radio, que también se las trae, pero eso ya irá otro día.
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